En una carpeta
de recortes del año de la tarara guardo todavía esta viñeta a color y a página
completa de Antonio Mingote. Creo que venía en el suplemento dominical del ABC
y debe datar de mediados o finales de los 80, pues por entonces tenía yo el
hábito de coleccionar algunas cosas que me gustaban publicadas en periódicos y
revistas. La idea era trabajar en algún momento sobre ellas, aunque a menudo
terminaban durmiendo el sueño de los justos durante años sin llegar apenas a
utilizarlas, más que para echarles un vistazo y comprobar que seguían ahí
esperando, al acecho.
Nicolás Gómez Dávila nació y murió en Bogotá. Ha sido uno de los críticos más radicales de la modernidad. Alcanzó cierto reconocimiento sólo unos años antes de su fallecimiento , gracias a las traducciones alemanas de algunos de sus libro. Criticó todas las manifestaciones de la "modernidad", las ideologías marxistas, los principios básicos de la democracia y del liberalismo, por la decadencia y la corrupción que abrigan. Sus aforismos (a los que denominaba escolios ) están cargados de una ironía corrosiva, de inteligencia y de profundas paradojas. Ahí van algunos ejemplos. Genio y figura: Sobre modernidad y progreso La vida del moderno se mueve entre dos polos; negocio y coito. La palabra moderno ya no tiene prestigio automático sino entre tontos. El moderno llama cambio caminar más rápidamente por el mismo camino en la misma dirección. El mundo en los últimos trescientos años, no ha cambiado sino en ese sentido. La simple propuesta de un verdadero cambio escandaliza y ater...

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