Cada minuto muere una persona en el mundo víctima de un homicidio, la
mayoría por disparos de armas cortas. Esto supone 500.000 muertos al año de
media. Según Amnistía Internacional, Francia, Rusia, China, Reino Unido
y EE.UU. acumulan el 88% de las exportaciones de armas convencionales del
mundo. Se da la circunstancia de que estos países son los cinco miembros
permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, organización teóricamente
encargada de controlar la proliferación de armas y de dictar los embargos
internacionales. Así que no hay más que atar cabos.
Reverbera en las blancas fachadas el sol de las primeras horas de la tarde. Procuramos, en nuestros paseos por la plaza de un pequeño pueblo valenciano, no salirnos de las islas de sombra que trazan los plátanos sobre la tierra rojiza y ardiente. Silencio de sueño, calma profunda de siesta veraniega. Los únicos que vivimos en este ambiente exuberante de luz somos mi amigo y yo, que conversamos bajo los árboles de la plaza, los niños que ganguean a gritos sus lecciones en la escuela próxima, siguiendo el venerable método morisco, y los enjambres de insectos que aletean, zumban y trepan en torno de los plátanos. Calla de pronto el coro escolar, y por las ventanas abiertas llega hasta nosotros la voz de un niño, el más aplicado tal vez, que recita una fábula: La cigarra y la hormiga . Como el griterío de una muchedumbre alborotada que contesta a ultrajantes alusiones, suena el chín-chín de numerosas cigarras moviendo sus cimbalillos entre las cortinas del follaje. Mi amigo el naturalista ...
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