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Entrevista a Gustavo Bueno


Gustavo Bueno es un filósofo de rompe y rasga. Sistemático, inteligente y visceral (el cerebro también es una víscera), radical, contrario al pensamiento débil o relativista y, como es ateo, argumenta como Dios. En una amplia entrevista en 'La Gaceta de los Negocios', analiza la situación de la política española y ataca muchas de las instituciones y conceptos establecidos como indiscutibles por los memos del planeta: democracia, aborto, la imposición lingüística, nacionalismos, Baltasar Garzón...


-Afirma que política y corrupción son inseparables en la democracia, porque el más refinado de los sistemas políticos es también el más vulnerable...
-Hay que matizar, distingo entre corrupción delictiva y no delictiva. La primera afecta a funcionarios, políticos... y parece que no afecta al sistema porque son los individuos los que cometen las tropelías y la propia democracia tiene instrumentos para corregirlas a través de un juicio y los condena y los redime. Pero la corrupción no delictiva es mucho más profunda. A mí me parece que la ley del Aborto es un ejemplo de corrupción más grave que el caso Gürtel.


-Usted fue uno de los firmantes del Manifiesto por la moratoria del aborto...
-¡Es una cuestión filosófica, no es una cuestión científica! Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad desde la concepción.


-En su libro dedica un capítulo a la Ley del Aborto.
-Porque la ley de plazos es completamente inadmisible desde el punto de vista biológico, y no tiene nada que ver con la religión. Introducir plazos en el proceso de la ontogénesis es completamente artificioso y no se justifica de ninguna manera. Por la misma razón por la que se dice que a las 14 semanas se puede abortar, puede decirse a las 30 semanas. Hay una corrupción en la fundamentación de la Ley del Aborto, y esa argumentación no vale para nada.


-Desde la web 'www.majestadnofirme.com' se le pide el Rey que no firme la ley para que no entre en vigor. ¿Debería hacer como hizo Balduino?
-Sí, sería un gran testimonio aunque no le hicieran caso. Pero no lo hará. El Rey sabe con quién se juega los cuartos y preferirá permanecer en la indefinición.


-Doña Sofía sí se confesó abiertamente en el libro de Pilar Urbano.
-Y me pareció muy bien, ¿por qué no iba a hacerlo?


-¿Por qué la izquierda defiende el aborto?
-Por razones electorales. He seguido a Zapatero y su política muy de cerca, como antropólogo, ¿eh?, que a mí Zapatero me parece como un chamán de los que hay en África. Si contra la Ley del Aborto protestan la Iglesia y las asociaciones pro-vida pero araña más votos por la izquierda, adelante. Lo importante son los votos. ¡Su fundamentalismo democrático le hace pensar así!


-¿Cree que por esa misma razón cerró, contra todo tipo de informes técnicos, la central nuclear de Garoña?
-¡Claro! Él calculó: dejamos sin trabajo a 300 pero nos metemos en el bolsillo a los antinucleares, y eso son muchísimos votos... Pues a cerrar centrales.


-Cuando dice que Garzón tiene complejo de Jesucristo, ¿es porque él se ve a sí mismo por encima del bien y del mal?
-Este concepto lo inventaron los psicoanalistas en los años 20 para definir a los que se sentían como él, como en el caso de los estigmas. A Garzón se lo apliqué cuando se le ocurrió pedir el certificado de defunción de Franco y procesarle. Pensé: "Éste tiene complejo de Jesucristo bajo la advocación del Credo Romano, que dice que “vendrá a juzgar a los vivos y los muertos”.


-Conociendo a Garzón, ¿no será por afán de protagonismo?
-Es vano y presuntuoso, pero ése no es el motivo, tampoco son sus fracasos políticos, ni porque tenga ese timbre de voz que le traiciona. Creo que Garzón se cree que es un juez universal.


-¿Por qué un filósofo se detiene en la OPA a Endesa?
-Porque ejemplifica hasta qué punto es corrupta la idea de la soberanía española, y cómo España está completamente mediatizada por Europa. Aquello fue una lucha entre poderes con una conclusión final: fue preferible que la empresa fuera a manos italianas antes que a manos catalanas.


-Cuando usted publicó España no es un mito, partía de la tesis de que el país se encontraba amenazado, pero no en peligro. ¿Mantiene esa opinión?
-Ahora creo que está más en peligro... Se ha liado demasiado la rueca con todo lo referente a los Estatutos de Autonomía.


-Y el avance de la polémica lingüística.
-En el País Vasco ha fracasado; en Cataluña no. Lo peligroso es que en esta comunidad está en plan talibán, y eso es una cosa muy seria. ¡Hasta tenemos al presidente del Barça llevando la bandera secesionista! Pero ¡ojo!, ya en tiempos de Franco, el Barça ha sido mucho más que un equipo de futbol.


-Si la sentencia del Tribunal Constitucional le da la razón a José Montilla, ¿qué futuro le espera a la España de las autonomías? ¿puede sentar un importante precedente?
-Por supuesto, se apuntarán todas con lo del café para todos. Me temo que el Tribunal Constitucional haga un juicio salomónico: pondrá algunos reparos y dejará pasar lo fundamental. Tampoco entiendo el discurso del PP cuando dice que los Estatutos no son vinculantes.


-Usted antes iba mucho a Barcelona...
-Prácticamente todos los meses: daba conferencias, iba a la universidad, a la televisión... Pero ahora soy un apestado. Me odian.


-Me temo que tiene muchos enemigos. En Andalucía no sentó nada bien que dijera que Blas Infante era musulmán.
-Pero es que es así. Blas Infante se hizo musulmán solemnemente en una mezquita de Marruecos con testigos. Su pensamiento era el de volver al Califato de Córdoba y convertir España en Al Andalus. No era separatista, era peor. Cuando dije que cómo habían hecho padre de la patria a este individuo, me quisieron declarar persona non grata. Si en 1928, hacerse moro era como ahora ser del National Geographic, hoy no.


-Se sigue diciendo que son infundios.
-Sólo tienen que darse una vuelta por su casa-museo. Guste o no, Blas Infante era un notario autodidacta con un barullo en la cabeza tremendo que estaba enamorado de lo árabe y contemplaba a los labradores y los peones andaluces como antiguos moriscos.


-Le han acusado de islamófobo porque no soporta el islam.
-Lo rechazo porque he leído a Averroes, Al-Malaki, etc. Toda esa tradición musulmana es una herejía del cristianismo. Son tan endebles los fundamentos, que cuando lees el Corán se te cae de las manos. Es un camelo. Hay que leerlo con ojos de antropólogo... Ni es religión ni es nada; es puro mito, es un peligro.


-Que Europa haya quitado la palabra cristiana de la Constitución, ¿fue un error?
-Total; que en lugar de poner fundamentos cristianos pusieran fundamentos religiosos, da idea de la mala conciencia de los europarlamentarios. ¡Si Europa se hizo luchando contra los moros! Fueron muy débiles.


-Usted se confiesa católico cultural.
-Me educaron en el catolicismo. Creo que tiene una serie de valores incomparables con las demás religiones. Sigo leyendo a Santo Tomás, tengo muchos amigos obispos y curas, y eso que durante años la Iglesia fue mi enemiga: me excomulgaron y destituyeron de director de un Instituto de Salamanca.


-¿Entiende el recibimiento que le dieron al obispo Munilla?
-Da idea de cómo está politizada la Iglesia vasca.


-En su libro El Mito de la felicidad habla de cómo se confunde consumismo con felicidad. En esta época de crisis, ¿todo se ha ido al garete?
-La crisis no nos va a enseñar nada porque la gente no se siente responsable de lo que pasa, la culpa es del otro: del Gobierno, de los bancos... Es tan insolente que piensa que está en el centro del mundo y que su criterio es el criterio universal porque es demócrata y tiene derecho de voto. Como decía Goethe, la felicidad es de plebeyos.


-Se está cocinando una gran ley sobre educación.
-¡Qué horror con este ministro que tenemos!


-¿No le gusta el ministro Gabilondo?
-No; se le ve demasiado su etapa de fraile. Escribió cosas como “las florecillas de la Virgen del Carmen”; tiene un pisto de filosofía de Heidegger y de Lévinas, y con eso va baldeándose. Es cobarde, sin criterio, no ha tomado posiciones claras con la Ley del Aborto, no entiendo por qué no se planta.


-Entonces tampoco entiende la postura de Bono.
-Es de los traidores más grandes que he conocido. En términos de Sartre, es la mala fe, la falsa conciencia. Si va de católico, que lo sea. ¡Es un pobre diablo! Lo he visto en televisión comulgando con galletas marías y vino tinto cuando unos curas progres quisieron modernizar la comunión tradicional. Y aquel manifiesto para el Quijote que firmó cuando era presidente de Castilla-La Mancha... ¡Es un imbécil!


-A Teresa Fernández de la Vega, en la presentación del libro, la ha llamado tonta contemporánea.
-¡Es como la madre superiora!


-¿No salva a nadie del Gobierno?
-A Moratinos le tengo simpatía porque me recuerda a un abogado y diplomático que conocía. Rubalcaba creo que es más listo, es un zorro. Repite fórmulas que ha consensuado con Zapatero y le va bien. Es la prudencia de la cobardía.


¿Y qué piensa del PP?
-Al PP lo que le echo en cara es su debilidad.


-Usted forma parte de la Fundación para la Defensa de la Nación Española...
-España necesita defensa porque la gente no sabe qué es. La leyenda negra fue un invento de franceses e ingleses. Hay que recuperar, desde la sociedad, el conocimiento de lo que somos. ¡Ya esta bien de imbecilidades! Debemos mirarnos en el espejo de nuestra propia historia.




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