Carta
del marqués de Sade a su esposa Renèe durante su encierro en el castillo de Vincennes.
La Laura del sueño es Laura de Noves o de Sade, musa de Petrarca y antepasada
del marqués:
'Mi
único consuelo aquí es Petrarca. Lo leo con deleite, con una pasión sin igual
¡Qué bien escrito está el libro! Laura me da vueltas en la cabeza. Soy como un
niño. Leo todo el día sobre ella y sueño con ella toda la noche. Escucha lo que
soñé anoche con ella, mientras el mundo seguía ajeno a mí. Era más o menos
medianoche. Acababa de quedarme dormido con la vida de Petrarca en la mano. De
repente se me apareció. ¡La vi! El horror de la tumba no había deslucido su
belleza, y sus ojos despedían el mismo fuego que cuando Petrarca los alabó. Iba
vestida de crespón negro, con su hermosa cabellera rubia suelta con
despreocupación. «¿Por qué os quejáis en la tierra? — me preguntó. Venid
conmigo. No hay males, no hay dolor, no hay problemas en la vasta extensión que
yo habito. Tened el valor de seguirme allí». Al oír estas palabras, me postré a
sus pies, diciendo: «¡Oh, madre mía!». Y mi voz quedó ahogada por los sollozos.
Ella me tendió la mano y yo la bañé con mis lágrimas; ella también lloró.
«Cuando yo moraba en el mundo que vos odiáis —dijo—, me gustaba contemplar el
futuro; conté a mis descendientes hasta llegar a vos, y no encontré a otro tan
infeliz como vos».'
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